lunes, 17 de octubre de 2022

Francisco Bentué Sauras

 



Muere Francisco Bentué Sauras Socio Simpatizante.

Expresidente de la asociación de pasteleros de Zaragoza

Leyenda del gremio, ha sido parte activa de la degustación gratuita de Roscón de San Valero que organiza cada año EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

El fallecimiento de Bentué coincide precisamente con el 40 aniversario del nacimiento del Lanzón de San Jorge, un producto genuino aragonés hecho de bizcocho, turrón, nata yema que se presentó en sociedad en el Aragón preautonómico, en 1982. En 2010, en el momento de abandonar la profesión después de 50 años de entrega a la misma, Bentué resaltó que el Lanzón era sin duda "el mejor producto de pastelería" que había dado Aragón.




Editado por la Institución Fernando el Católico, el pastelero publicó en 'Cuadernos de Aragón' con motivo de su jubilación 'La confitería y pastelería en general, y las desaparecidas zaragozanas', trabajo que él mismo consideraba como sus "memorias".

Regentó durante más de 50 años las pastelerías Bella Luz y Sau-Ben y fue durante 25 años presidente de la asociación provincial de pastelerías de Zaragoza.

El pastelero y expresidente de la asociación de pastelerías de Zaragoza, Francisco Bentué Sauras, ha fallecido este lunes en Zaragoza a los 88 años de edad. Toda una vida dedicada a endulzar el paladar de los zaragozanos. Bentué nació un 9 de agosto de 1934 en el barrio de la Magdalena, donde sus padres regentaban la pastelería La Bella Luz, en el Coso bajo, y donde continuó viviendo toda la vida.

Sus padres, Antonio y Luisa, le inculcaron el amor por un oficio al que se dedicó en cuerpo y alma, primero de niño, echando una mano en el obrador y en la tienda y después, una vez terminados sus estudios de comercio, tomando el relevo de sus padres en esa pastelería y en otra ubicada en la calle de Conde Aranda 7, frente al colegio de los Escolapios: la pastelería Sau-Ben que regentó junto a su mujer, Angelines. Juntos llevaron ambos obradores y tuvieron 4 hijos (tres chicos y una chica). Sus productos estrella y por los que lo conocían sus clientes eran por sus turrones, roscones y guirlache artesanales.

Formó parte durante 25 años de la asociación provincial de pastelerías de Zaragoza como vicepresidente y más tarde como presidente, donde fue uno de los impulsores de los postres tradicionales aragoneses como el Lanzón de San Jorge o el Manto de la Virgen del Pilar. Además, fue vocal de la Cámara de Comercio de la dentro de su sector desde donde luchó por su profesión y por la defensa de su oficio.

Con 36 años, Francisco Bentué fue también hermano mayor de la cofradía de Jesús Atado a la Columna, que tiene su sede en la parroquia de Santiago. A mediados de los años 60 fue el artífice de que la cofradía introdujera los bombos en sus procesiones, pero será especialmente recordado por haber convencido al entonces arzobispo de Zaragoza, Pedro Cantero, para que las mujeres pudieran ser cofrades. Aquel punto de inflexión ayudó a revitalizar una cofradía en crisis que pronto multiplicó el número de miembros.

Uno de sus hijos, José Luis Bentué, recuerda cuando él y sus hermanos bajaban a ayudar en la pastelería de niños. “Mi padre disfrutaba. Le encantaban los pasteles. No solo hacerlos, también comerlos. Era un hombre muy laminero”.

Ninguno de sus cuatro hijos ha decidido continuar con esa tradición pastelera porque “es un oficio muy sacrificado y mi padre prefirió mandarnos a los cuatro a estudiar”, explica José Luis Bentué. “Pero a él le encantaba. Cada vez que salíamos de viaje, incluso en los últimos años de su vida, teníamos que parar en todas las pastelerías que veía para probar sus dulces y ver si era o no nata lo que llevaban o si estaba bien hecho. Lo testeaba todo”, recuerda Bentué hijo. “Lo que más le gustaba comer era el helado, le privaba. Ha sido lo último que ha comido en el hospital. No le apetecía nada y le preguntábamos: ‘¿y un heladico?’ Y a eso no decía que no”, recuerda su hijo.

Francisco Bentué falleció este lunes rodeado de su familia.

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