VIERNES SANTO EN LA MUELA
Lejos queda ya aquel 19 de abril de 2019 cuando estuvimos con vosotros, desde entonces hasta este 15 de abril de 2022, vosotros, nosotros, todo este tiempo se ha vivido con nostalgia, con incertidumbre y tensión.
Con los dientes
apretados, con el corazón encogido, con la esperanza de que esta pesadilla acabe y manteniendo presente
el recuerdo de quienes marcharon en busca del eterno descanso, de nuevo aunque
manteniendo las medidas de seguridad pertinentes, estamos otra vez junto a
vosotros.
Por petición expresa de D. Raúl Arnal, Olga Gimeno, Leticia Laviña y Raúl Mateo, miembros de la Junta Directiva de la Cofradía del Santo Cristo de la Cama, el Piquete del Grupo de Honores de esta Hermandad fue invitado a participar en el Santo Entierro, escoltando al Santo Cristo de la Cama.
Esta Cofradía fue
fundada en el año 1954 y tiene 135 hermanos.
La jornada no podía
ser más propicia, pese a encontrarnos en la localidad del viento, este no hizo
acto de presencia, la temperatura rondando los 25 grados y Marta y Javier una vez más haciendo gala de
su hospitalidad y amabilidad.
En perfecta comunión
de imágenes e instrumentos, la Cofradía del Santo Cristo de la Cama con su
hábito negro, cíngulo colorado y capirote negro abren camino, detrás el Cristo
de la Cama, a continuación el resto de imágenes sacras: La Oración de Jesús en
el huerto, El Cristo atado a la columna, La Dolorosa y La Piedad.
Los cofrades de La
dolorosa con su hábito morado y tercerol blanco.
Hermosas imágenes que adquieren más belleza si cabe conforme va anocheciendo, las luces y el aroma de sus delicadas flores. La belleza puesta en pie.
No podía faltar la
jota.
Durante el recorrido,
en cada estación, sentimiento a flor de piel, D. José Luís Gimeno “el
formidable” interpretó como él sabe hacerlo, dedicadas a La Dolorosa, La Piedad
y El Cristo de la Cama, erizando el vello y que el público escucho en
respetuoso silencio, destacando las jotas:
Suenan bombos y
tambores.
Tus ojos brillan piedad.
Vas llorando Dolorosa.
Tu rostro lleno de
sangre de tu corona de espinas.
Se van recorriendo las calles, se van ganando seguidores, desde los balcones, desde las ventanas, bajo el estruendo de los bombos, los redobles de los tambores y las dulces melodías de las cornetas, la procesión avanza cautivando a todos los espectadores.
Ante la
espectacularidad del momento, el suelo vuelve a vibrar, centenares de personas
son testigos de la introducción de los pasos en la Iglesia.
Los aplausos y las no
pocas fotografías que nos hicieron pusieron punto y final a la noche perfecta
para caminar juntos.
Posteriormente la
Junta Directiva, en el Casino de La Muela, ofreció un agape para recuperar
fuerzas.
¡Que así sea!
Dedicado a D. Javier
Mateo, su esposa Marta Latorre y sus hijos Javier y Marta.
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