Hoy 2 de noviembre, día de
difuntos, la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Zaragoza, en esta
ciudad heroica y leal, frente a la Basílica del Pilar,
acogedora y hospitalaria, está presente para recordar “A los que un día
lucharon con valor, sirvieron con lealtad y murieron con honor”.
Nuestro recuerdo a quienes dieron
sentido al lema, todo por la Patria, incluso a costa de su vida, ellos nos
obligan a que su ejemplo de valor y entrega, enaltezcan nuestro espíritu en una
lección de patriotismo y que la sangre derramada, sea la gloria de las
victorias alcanzadas.
A las 12:45 horas, D.
Luís Aragües Montañés, Vicepresidente de esta Hermandad, al frente, a
continuación la sección recreacionista de la Hermandad con sus vistosos
uniformes y elegante porte, donde el Guión ocupa lugar destacado, avanza a paso
lento, a continuación miembros de la Junta Directiva y socios de la Hermandad
de Antiguos Caballeros Legionarios de Zaragoza.
La puerta principal de la Basílica
se abre de par en par para nosotros, nos dirigimos a la Cripta donde está
depositado el cuerpo del portador de los valores eternos, el Teniente Coronel D.
Rafael de Valenzuela y Urzaiz.
Son muchas las personas apostadas a
ambos lados de la puerta, nos ceden el paso, nos miran, presentimos su admiración
y respeto, rompen el silencio de repente, se les oye claramente preguntar
quienes somos, destaca una voz, son legionarios.
Así es, venimos a recordar ante el
Olimpo de los elegidos, a quién entregó su vida en cumplimiento del Espíritu de
la Muerte, el Teniente Coronel Valenzuela.
Tras descender las escaleras, ya en
la cripta donde reposa el añorado héroe, el Vicario Capellán Castrense y
Canónigo del Pilar D. Manuel Almor, se dirige a los allí reunidos con unas
sencillas palabras pero evocadoras hacia los legionarios caídos con arrojo y a
quien fuera el segundo Jefe de La Legión, D. Rafael de Valenzuela y Urzaiz.
Como ángeles custodios, la sección
recreacionista, hace escolta ante la morada del héroe caído por La Legión, por
Dios y por España.
Por la fe y por la Patria, en
posición de firmes, el Guión en lo alto, Teniente Coronel Valenzuela, Presente.
D. Manuel Almor finalizó el
responso, deseando la intercesión de la Santísima Virgen Nuestra Señora del
Pilar, para que nos conceda fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y
constancia en el amor.
Tras la oración se depositó una
corona de laurel, es el tributo de esta Hermandad al héroe y el recuerdo de que
nuestra raza aún no ha muerto.
