LUNES SANTO
Por tercer año consecutivo la
Cofradía de Jesús de la Soledad ante las negaciones de San Pedro y de San
Lamberto, nos invitó a participar en la Semana Santa zaragozana.
Fieles a la liturgia y a los
encuentros que mantienen viva una tradición tan representativa en nuestra
ciudad, respondimos afirmativamente a su invitación.
La Hermandad de Antiguos Caballeros
Legionarios de Zaragoza, estuvo representada por Encarna, Esperanza, Ainhoa,
Fernando, José Miguel y Manuel.
También estuvo presente la Sección
recreacionista del Grupo de Honores formado por, Francisco, Ángel, Diego,
Eduardo, Fernando, Javier, Raúl, Vicente y un servidor.
Esta Cofradía ubicada en el Barrio
de Miralbueno, representa uno de los misterios de la salvación de Cristo, el de
las tres negaciones de San Pedro y que hizo antes de cantar el gallo.
El sentimiento de los cofrades es
difícil de explicar y el nuestro también.
Poco importa el fuerte viento, la
noche oscura y el frío, frente a la Parroquia de San Lamberto los vecinos están
expectantes y habidos de emociones.
Son las 20:30 horas, las
cornetas desgarran el silencio, se abre la puerta de la Parroquia, suenan los
tambores y aparece el símbolo de la fe, Cristo crucificado.
Lo portan D. Antonio Barcelona,
Hermano Mayor de la Cofradía, D. Rufino Martínez y D. Luís Gargallo, todos
miembros de la Junta Directiva de la misma.
Paso a paso, despacio, sin prisa,
escalón a escalón, con mimo, conscientes del sacrificio y dolor que representa
la imagen que portan, lo van descendiendo a pie de calle, los tambores, los
bombos, timbales y cornetas suenan atronadoramente.
Ángel, Diego, Javier y Raúl
miembros de la Sección recreacionista del Grupo de Honores, están prestos en posición de firmes, toman la
imagen entre sus manos y como una suave caricia se lo llevan a sus hombros, los
mismos que los portaran durante todo el Vía Crucis. El resto de la Sección,
Francisco, Eduardo, Fernando, Miguel
Luís y Vicente le rinden honores elevando al cielo el Guión y Banderines. El
público aplaude con fervor.
A continuación el paso de Jesús de
la Soledad ante las Negaciones de San Pedro y San Lamberto profusamente
adornado de bellas y aromáticas flores avanza unos metros, se detiene, se
percibe el olor a incienso, un tambor y un bombo aparecen, suena el redoble y
este se vuelve oración, Susi una cofrade descubre su rostro, manos a la
cintura, eleva su mirada a Jesús de la Soledad, con voz sonora y vibrante,
canta una jota como el ejemplo de una oración y fe cristiana, arrancó nuevos
aplausos y nuevas sonrisas de quienes esperaban con ansia que comenzara el Vía
Crucis por las calles del Barrio de Miralbueno, este discurrió por las calles Olivos,
Paraíso, Mayor, Camino del Pilón, Ermita y Vistabella, entre otras, para
finalizar de nuevo ante la Parroquia.
Inicia la Procesión la Cofradía del
Santo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora del Sudario Doloroso de Cuarte
de Huerva con su Estandarte, cornetas y tambores.
Seguidamente el Cristo en la Cruz
portado por la Sección recreacionista del Grupo de Honores, escoltados por el
resto del mismo, con el Guión de la Hermandad de Antiguos Caballeros
Legionarios de Zaragoza y los Banderines gloriosos de la misma.
A continuación el Estandarte, el
paso de Jesús de la Soledad escoltado por miembros de la Hermandad, seguidos de
la Sección de tambores que tan magistralmente dirige D. José Antonio Braulio.
El fervor y la devoción se siente y se apodera de las calles, a paso lento la Guardia de Honor avanza, la imagen de nuestro Señor en la Cruz es portada delicadamente sobre los hombros de nuestros compañeros, no hay dolor, hay sentimiento y fe, se percibe el respeto que se nos profesa y el entusiasmo que transmiten los vecinos cuando nos ven avanzar erguidos, marciales, viriles, sin temer a nadie ni a nada, a cara descubierta, aquí estamos para dejar constancia de nuestra fe, también para mostrar nuestra íntima unión existente entre vuestra Cofradía y nuestra Hermandad, que estos lazos se aumenten y estrechen y se hagan más sólidos. Va por vosotros.
¡ Adelante ¡ Al cielo con él.
Seguimos avanzando, llegamos a la
Ermita, el Párroco Nacho exhorta a la caridad y el camino del bien, el numeroso
público atiende respetuosamente.
De nuevo partimos a paso lento,
aquí estamos tu y yo, nosotros juntos te protegemos y escoltamos, presente nuestro
juramento de no abandonar jamás, en tu muerte o en tu herida llevaremos nuestra
fe en vida, por eso hago este juramento por si la palabra se me olvida.
Francisco, Eduardo, Fernando,
Miguel Luís y Vicente, rinden honores.
Atrás hemos dejado una multitud de
fieles que durante el Vía Crucis nos acompañaron, queda en nuestro corazón los
aplausos y ovaciones que recibimos, la gran cantidad de fotografías que nos
hicieron y el entusiasmo con que nos recibieron en el Barrio de Miralbueno.
Gracias a todos.
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